Una actitud de fe ante la crisis
Los gritos de quienes iban a ser ejecutados en el gueto de Varsovia, no pudieron ahogar sus esperanzas de vida ni el optimismo que les despertaba cada nuevo día, que traía consigo la ilusión de que pronto terminaría la pesadilla.
Allí, en medio de barracas grises y húmedas, en las que reinaba la
incertidumbre acerca de quién sería el próximo en emprender el viaje sin
retorno, articularon una incipiente orquesta sinfónica, con instrumentos,
partituras y director. Cuando los soldados alemanes diezmaron la agrupación, se
abrieron paso solistas que cantaban sin el acompañamiento de instrumentos. “Tomamos
la decisión de no permitir que nos venciera la desesperanza” revelaría años
después Marcel, un judío polaco que vivió esa traumática experiencia.