No se deje robar la felicidad
No permita que nada ni nadie roben su felicidad |
Si algo le molestaba a Lucía era que su esposo se
enojara desde muy temprano en la mañana. “Es
de mal carácter”, solía repetir. Olvidaba que así era cuando lo conoció, y
lo que veía ahora, era el fiel reflejo de un hombre sujeto al paso de los años,
que no encontraba muchos motivos alentadores para quedarse en casa. Ese mal
humor de su cónyuge y las constantes ausencias, llevaban a la joven mujer a
perder el sueño, y esperarlo hasta altas horas de la madrugada…
Raúl
tiene 21 años. Muy joven aún. Está terminando la universidad. Cursa ingeniería.
Está lleno de energía, sueños y ganas de vivir. No obstante, cada vez que se
encuentra próximo a un examen parcial, pierde la alegría y entra en depresión.
Basta que mire el calendario y anticipe que vendrán las evaluaciones
académicas, para experimentar desolación y la sensación de que los días son
grises así el sol brille en lo alto.