Reviste importancia edificar familias sólidas a partir del amor y el perdón |
“Como todo cristiano estoy vivamente interesado en edificar una familia
unida, con principios y valores. Llevamos seis años de casados con mi esposa.
Ha sido un tiempo de dificultades pero también de momentos gratificantes. Una
palabra de orientación nos vendría bien. Tenemos dos bebés.”
J.R.M., desde Miami, Estados Unidos
Le agradecemos que nos haya escrito. Si algo
nos identifica, a usted y a nosotros como Ministerio, es procurar la unidad de
la familia. Este proceso parte de la decisión de cambiar, de asumir una nueva
actitud hacia nuestro cónyuge y los hijos. Esta decisión en la que debemos
perseverar, traerá gratificaciones a nuestra vida, pero además marcará positivamente a las personas que
amamos en casa.
Para responder a su expectativa, le sugiero
que vaya a la Biblia, el que considero el libro de la familia porque nos enseña
principios que nos lleva a afianzar nuestras relaciones a nivel conyugal y con
nuestros retoños. El texto que le invito a considerar es 1 Corintios 13:1-13.
Léalo por favor, antes que continuemos.
¿Qué es lo principal en la relación
matrimonial? El amor. Es el principal cimiento. Incluso me atrevería a decir
que está por encima de todo aquello que sabemos o los niveles de espiritualidad
a los que hayamos llegado como lo podemos leer en 1 Corintios 13:1,2. ¿Y de qué
manera vivimos ese amor? En nuestro mundo interior, inicialmente, al amarnos a
nosotros mismos y en segundo lugar, expresando con hechos más que con palabras,
el amor que sentimos por nuestra pareja e hijos.
Expresar el amor con hechos
Sobre la necesidad de expresar el amor con
hechos, hechos que evidencie nuestro cónyuge y nuestros hijos, será necesario
insistir siempre. Es la forma más práctica de aplicar en nuestra vida lo que
enseña el apóstol Santiago en su carta, en el capítulo 3 versículos del 13 al
18 que le invito a leer.
¿De qué sirve proveerle a nuestro cónyuge e
hijos una casa, un auto, pagarles colegiaturas en buenas instituciones educativas
y gastar muchos recursos en ellos, si el mayor vacío que es el de amor, no lo llenamos?
Le invito para que se formule este interrogante. Puedo asegurarle que marcará
la diferencia en su existencia de hoy en adelante (Lea el versículo 13)
¿Qué ocurre cuando hay enfrentamientos que no
sabemos manejar? Que le estamos concediendo espacio al enemigo espiritual.
Recuerde siempre que Dios creó a la familia y quien quiere destruir esa
maravillosa institución, es nuestro adversario espiritual. Si Dios no gobierna
en nuestro hogar, si no le concedemos el primer lugar, quien tomará las riendas
es el adversario y es algo que no podemos permitir (Lea los versículos del 14
al 16).
Tenga presente siempre que sólo Dios produce
transformación en nuestra vida, transformación que impacta a la familia (Vea
los versículos 17 y 18).
Cuando hay conflictos a nivel familiar, es
necesario revisarnos. Probablemente no toda la culpa es de nuestro cónyuge—en el
caso de los enfrentamientos—o de los hijos, si ellos han asumido una actitud de
rebeldía. Siempre será necesario hacer un alto en el camino. Si reconocemos que
el error es nuestro, es importante que le abramos las puertas del corazón a
Jesucristo porque no es usted en sus fuerzas quien puede cambiar, es Dios quien
lo hace. Es una verdad que aprendemos en las Escrituras--.(Proverbios 16:21-23)
Fundamentos para una relación sólida
Si deseamos una relación sólida a nivel
familiar, debemos invertir en la familia. Eso es apenas natural. ¿Cuáles son
los fundamentos a los que debemos dedicar tiempo y esfuerzo: Son en su orden
amor, perdón, tolerancia, comprensión y apoyo a cada uno de los integrantes,
con el ánimo de afianzar la unidad en el hogar.
Recuerde que quizá el error sea nuestro, y
que probablemente el trato que damos al cónyuge no es el mejor, aunque nos
parezca que estamos obrando bien (Proverbios 16:25)
¿Qué hacer si enfrentamos problemas de pareja
y con los hijos? Si hay crisis en la relación familiar debemos pedir a Dios la
sabiduría necesaria para saber cómo actuar en cada circunstancia (Proverbios
23:19, 26)
Dios desea ayudarnos a sacar adelante la
relación familiar. Lo esencial es que dispongamos nuestro corazón. Si no hemos
recibido a Jesús como Señor y Salvador, es importante que hoy le abramos
nuestro corazón. Le aseguro que es la mejor decisión que jamás habremos podido
tomar. No nos arrepentiremos.
Léanos en www.mensajerodelapalabra.com y www.bosquejosparasermones.com
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